érase una vez un puñetín
que escribía comentarios a lo pendejo
pendejo, pendejo
el administrador borraba sus mensajes
pero el puñetín como la burra al trigo
regresaba, regresaba
hasta que el administrador
puso el blog en modo de no recibir comentarios
y el puñetín se chingó
se chingó, se chingó
fin.